¿Quiere ser usted también alguien en esta
vida? ¿Le cansa ver a gente segura de sí misma, mientras que usted
no medra más allá del sosismo? Si la respuesta a las preguntas anteriores es positiva, ¡está de suerte, con este artículo
usted llegará a ser la persona interesante que siempre deseó ser!
Comenzando por lo más fácil de
solucionar, si lo suyo es un problema de complejo intelectual, se
siente tonto, o pierde el hilo cuando se habla de temas de literatura,
filosofía, economía, matemáticas, medicina, cine, o cualquier
otro, está chupado: en primer lugar, ESCUCHE a los demás. Esto
es, si no tiene nada que aportar, cierre el pico, y aprenda, estudie
a sus interlocutores, disfrute de lo que compartan, interviniendo para cambiar de tema, como si fuesen un
televisor, sin replicar ni interrumpir neciamente sobre temas que desconoce. Una vez
tenga conocimiento de qué hablan habitualmente las personas con las
que interactúa, con las que usted quiere disfrutar compartiendo
el tiempo, pruebe a hacer preguntas que impliquen respuestas largas,
e.g. si le sueltan un rollo patatero sobre un tema que le interesa
más o menos, y el interlocutor da vueltas, para reenfocar el asunto pregunte sobre algo que
no implique una respuesta de si/no, e.g. “¿cómo evolucionó el
tema hacia tal, cual, o pascual?”. Si consigue aprender a escuchar, habrá dominado
el postureo intelectual, siendo valorado y apreciado, como alguien
inteligente y reflexivo, y con el tiempo, podrá ir más allá del
postureo, y ser el gurú para otros posturantes.
Yendo a algo más complicado, podemos entrar en el terreno de la vestimenta: usted se viste cada día, para ir a
clase, a trabajar, a pasear, a comprar, a la biblioteca, a sentarse
al sol en un banco, o a cualquier otra cosa que suponga estar en contacto con otros individuos. ¿Ha pensado en por qué viste usted como
viste? ¿Por qué hay gente que ve usted que resulta más resultona que otra?
¿Acaso cree que la diferencia entre el “buen gusto” y lo hortera
es casualidad? ¡Pues no! Aquí entra en boga otra vez el postureo:
la gente no viste aleatoriamente, copia de otros. De ahí las modas,
las pintas, el gañanismo, y cutrerío general. Vayamos por partes.
Si tiene 20 años y se pone la ropa de gente de 60, la cual con
frecuencia proviene de modas de 20 o 30 años atrás, pues la gente tiende a
resistirse a dejar de copiar los hábitos adquiridos, parecerá un
anticuado. Si mimetiza a la gente de su edad, parecerá de su edad, si quiere parecer mayor o menor, pues lo análogo.
Por lo que puestos a copiar, copie a quien le resulte más
conveniente, sin la tontería de “no visto igual que todo el mundo
porque tengo personalidad”: ¡Y un cuerno! ¡Recuerde que usted
quiere agradar a los demás, por mucho que luego diga que compró la
ropa porque era barata y que a eso a usted no le da importancia!
¡Postureo, recuerde! Tras la copia de vestimenta, de la misma manera
que copió la letra de algún compañero de clase que escribía
mejor que usted, el siguiente paso es hacer el estilo suyo, sentirse
cómodo. ¿Ve? Solucionado, tendrá estilo propio en cuestión de un par de meses.
Por lo que respecta a pormenores y
manías, pasemos a considerar situaciones típicas donde uno tiene miedo de hacer el
imbécil ante los demás: e.g. ¿Me tomarán por un cretino si comento que una
vez freí una hamburguesa con el plástico sin darme cuenta? ¿Será
raro que comente que un día casi me cago por las patas abajo de
camino a casa porque me sentó mal la comida? ¿Qué pasa si comento
que no entré en un sitio porque me daba vergüenza por si luego era
demasiado caro? ¿Se reconoce en situaciones similares donde el sentido del ridículo le frena? Pues bien, un ejemplo de postureo para estos casos sería decir lo que se le pasa por la cabeza, tal cual, con
desparpajo, como si tuviese un agujero en los sesos y su pensamiento se le escapase de la cabeza. Revolucionario, ¿verdad? Ser sincero, como postureo definitivo. A medida que
experimente el flujo de pensamientos sin filtro, o con el mínimo imprescindible para no llegar al
cinismo, disfrutará de ello. Decir la verdad no significa ser
grosero ni maleducado, eso ya dependerá de cada cual, sino de llegar
a la expresión emocional auténtica: sea usted mismo, y disfrute de una experiencia total con sus semejantes.
Para concluir, se puede ver el postureo
como una forma de vida: donde no llega uno, le pone postureo, a modo
de “composite” dental para las caries. En caso de duda, imagine
qué haría Chuck Norris en su lugar. Su vida cambiará completamente, y los complejos serán cosa del pasado.
Un saludo,
R. Gaab
Muy divertido, me he reido mucho.
ReplyDeleteY sí, me identifico con las situaciones que mencionas, mi sentido del ridículo es tan grande que jamás fingiría un postureo...
Muy bueno.
Sara
Apreciada Sara,
ReplyDeleteAparte del sentido del ridículo, piense que el postureo es algo ortogonal a la interacción humana, i.e. siempre cabe, y dependerá del momento. Por lo que le recomiendo encarecidamente que si no lo precisa, no busque fingir el postureo, pues cuando lo necesite de veras, de manera natural será consciente y actuará en consecuencia, como todo hijo de vecino desde el principio de la eternidad. El objetivo de este artículo, más que fingir postureo, sería estar preparado para desarrollarlo, cual reflejo condicionado, pues el postureo, como arte, también cuesta, y precisa de esfuerzo y constancia.
Un cordialísimo saludo,
R. Gaab
Quisiera proponer una clase de "postureo", en mi opinión bastante rara, pero que se da en ocasiones. El postureo a la inversa. Es decir, uno es un destacado matemático, o físico de una importante universidad americana, o incluso un famoso deportista tipo Rafa Nadal. ¿Qué tipo de aptitudes y actitudes debe afrontar esa persona ante un grupo de gente, que conoce desde su más tierna infancia, pero que no han pasado de ser unos simples españolitos de a pie, sin más hobby ni ocupación intelectual que las cañitas del bar los domingos por la tarde?
ReplyDeleteEn este caso sería un tipo de postureo de más a menos, o de lo excepcional hacia lo vulgar. Creo que se da mucho más de lo que pensamos; de ahí que mucha gente nunca encuentre un grupo de amistad adecuado a su personalidad y se tenga que conformar con estar entre los estirados conocidos del club de golf y los gañanes que se beben la cerveza al trago y se pelean por el Real Madrid.
Un saludo.
El postureante se hace o nace?
ReplyDelete¿Es lo mismo el postureo que eso de...genio y figura hasta la sepultura? :)))
Candela, no se lo puedo asegurar, pero diría que al postureo le sucede algo similar a la materia, i.e. ni se crea, ni se destruye: se transforma :-)
DeleteEres un fenómeno. Me he reído un montón. Muchas gracias.
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